15 de gen. 2009

El rescate de Ithil 3ª Parte



El grupo ahora encabezado por Merennem y Beorn, se dirigió al castillo, sin ningún previo plan, al llegar ya se vería lo que hacer.

El grupo era una extraña mezcla de razas, donde enanos, elfos y sobretodo humanos se movían con sigilo hacia el distante castillo, donde seguro, iba a librarse una encarnizada lucha. Cuando Beorn dio la señal, todos desmontaron y dejaron a los caballos escondidos en un pinar cercano, luego los exploradores se adelantaron a investigar, y a los pocos minutos volvieron con grandes y peligrosas noticias, pues la guardia estaba formada por orcos y sobretodo trolls, la mayoría Ologs, los cuales obligados a retirarse de la batalla estaban bastante enfurecidos.

Las primeras flechas de los pocos arqueros del grupo hicieron mella en los resistentes trolls, y los experimentados guerreros cayeron sobre los desamparados orcos y trolls heridos, matándolos de una forma rápida y silenciosa.

Algunos sacaron cuerdas y garfios y empezaron a escalar la torre, otros abrieron la puerta, y el asalto no tardó en convertirse en una caótica batalla de corredizas y encarnizadas luchas de túneles. Así, ascendiendo piso a piso, el equipo llegó hasta el último nivel, donde además de Ithil, habían varios dúnedains atados a altares de sacrificio, dos magos estaban iniciando una lenta liturgia, cuando por las ventanas, Zipper, un hobbit y Miriel la mujer de Ithil entraron en la estancia, mientras Lunamir, Merennem y Beorn se lanzaban por la puerta.

Para su sorpresa, varias estatuas cobraron vida y se abalanzaron sobre ellos, la lucha se volvió muy desventajosa para los dos elfos, pues Merennem y Lunamir, eran mejores arqueros que espadachines, pero para Beorn fue su mejor opción.

Miriel sorprendió a un tercer mago con una oscura daga serpentina en la mano, la cual cayó al suelo mientras el conjurador era atravesado por la afilada espada de la medio-elfa, el arma entró por el estomago y salió por entre los hombros, atravesando así los pulmones para que no pudiese conjurar nada.

Mientras Miriel caía sobre el conjurador de túnica negra, Zipper liberaba a uno de los prisioneros, cortando las cuerdas de los pies y manos que le sujetaban.

Los otros dos magos acabaron su liturgia y viendo la situación empezaron otros conjuros.

El hobbit liberó a Ithil, y este reuniendo sus pocas fuerzas, se incorporó levemente quedándose sentado y viendo el espectáculo. Miriel se lanzo a sus brazos y le beso tiernamente en los labios, Ithil se dejo caer en la fuerte mujer y la abrazó. Pero ese no era el momento del reencuentro y separándose de su marido, se lanzó sobre uno de los magos.
Zipper continuó desatando a los pobres dúnedains y así los liberó a todos. La mayoría de ellos en buen estado, buscaron algún objeto que les sirviera como arma y ayudaron a los dos arqueros. Merennem en el momento que se zafó del hombre de piedra, le lanzó la espada a su padre, la espada cayó en las manos de Ithil, y al cogerla, la reconoció, era la suya, la alzó apuntando al tercer y libre mago que empezaba a invocar a algún ser de otra dimensión. La punta de la espada se puso incandescente, brilló fugazmente mientras una pequeña bola de fuego salía disparada contra este último enemigo.

La bola impacto en el pecho del mago, atravesándolo, y encendiéndole las ropas. Con este último gesto, Ithil se desplomó exhausto.
Miriel acabó con el pobre infeliz que había creado sobre sí mismo una espada y un escudo, pero que no tuvo ninguna oportunidad ante la embestida de la experimentada medio-elfa.

Las estatuas, al morir el último de los magos se resquebrajaron y se convirtieron en montones de polvo.

Dos pisos más abajo, los guardias luchaban con el resto de los asaltantes, y la llegada de refuerzos empezaba a sobrepasar las fuerzas de los resistentes rescatadores, ya en serios apuros.

Pero la llegada de los compañeros de los pisos superiores, ahuyentó toda posibilidad de perder la confrontación, rápidamente se retiraron del lugar donde sabían, que muchos enemigos aún podían perseguirlos.

Beorn cargaba con Ithil, y algunos dúnedains se ayudaban en el transporte de los heridos.

Recogieron los valerosos caballos, galoparon en dirección al campamento, mientras los orcoides enemigos les perseguían sin llegar a alcanzarles.

Días después la torre fue asediada y destruida por las fuerzas del Rey Elessar.

Miriel, al llegar al campamento, lo primero que hizo fue besar al cansado marido, mientras Merennem iba en busca de algunos sanitarios.

Beorn, abrazó, al delgado elfo. Zipper, hizo una reverencia agachándose hasta casi tocar el suelo con la cabeza.

Entonces Ithil, preguntó por su compañero de batalla, Woolkie. Al saber que estaba en cama, no hubo manera de convencerle que tenia que descansar, y ayudado por su bella esposa, se encaminó hacia el improvisado hospital.

En el camino se encontró con su primo, acompañado por dos o tres sanitarios dunadans, que se dirigían hacia la entrada del campamento.

Gil-Menel, se acercó al herido elfo, y vio con sorpresa que las heridas de Ithil estaban cerradas de una forma increíblemente efectiva, no así limpia. La medicina orca era realmente eficiente, pero excesivamente brutal.

En pocos días, Ithil Fangorn, volvió a estar en plena forma, pero eso sí, mucho más precavido.
Woolkie, tardó bastante más en recuperarse completamente, posiblemente también por su impenetrable tozudez, pues a los pocos días de levantarse, volvió a entrenarse y a la forja.

Los compañeros volvieron a sus tareas personales, y así la compañía se deshizo nuevamente, hasta que cualquiera de los compañeros necesitase, de nuevo, su ayuda.

De momento... Fin

2 comentaris:

SeaSirens ha dit...

El que no entenc, es que la tecnologia es sumament avançada i encara van amb cavalls...
Bueno, deu ser que he d'utilitzar la meva imaginació, no?

Kisses!!!

Von Germinal ha dit...

No habia vist el teu comentari... aixo es Senyor dels anells i no Warhammer 40000... :P

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